Ya sabes que no debemos etiquetar a los niños. Pero la palabra a veces va más rápido que el pensamiento. Sobre todo en momentos de estrés. Lo que hoy te propongo es una revisión del lenguaje para modificar las etiquetas por nuevas palabras. Palabras más ajustadas, más dignas y alentadoras.
En el video de hoy te cuento cómo las palabras modifican el subconsciente del niño. Este niño será un futuro adulto que ha sido programado con las etiquetas que le impusimos en la infancia. Sé que quieres lo mejor para tu hijo y por ello estás a tiempo de modificar el lenguaje con el que os relacionáis y usarlo con propiedad.
El problema de etiquetar a los niños
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‘Llorón’, ‘Despistado’, ‘Bruto’, ‘Payaso‘ o ‘Torpe’, son algunas de las más comunes. Algunas etiquetas pueden parecernos incluso positivas en el hogar, como ‘Tímido’, ‘Listo‘ o ‘Maniático‘ porque creemos que pueden ser valores en un futuro. Sin embargo, no dejan de ser etiquetas.
Como te digo en el video, el problema de estas palabras es que no dan una medida concreta ni un grado: una etiqueta generaliza dando a entender que el niño es así siempre y en todo momento. Aunque la realidad sea bien distinta. Y no da detalles sobre en qué grado el niño es así (o te parece que lo es).
Etiquetar a los niños provoca dos consecuencias fundamentales:
- Excusan el comportamiento del niño. El niño sigue comportándose de forma tozuda porque ha aprendido de sus padres o tutores que ‘él es así‘. Es su forma de ser, lo asimila, lo cree y lo perpetúa.
- Les impiden programarse de forma positiva. Esto suscita problemas a la hora de perseguir sus aspiraciones. Sé que quieres lo mejor para él, pero ciertas etiquetas lo educan en patrones limitantes. Le indican que él es de una manera y no de otra, por lo que ciertos comportamientos quedan fuera de su alcance. Al niño ‘torpe’ lo disuades de hacer un trabajo manual, al niño ‘tímido‘, le impides participar en una conferencia… etc.
Nuevas palabras para viejas etiquetas
En su libro ‘El niño tozudo’, Mary Sheedy Kurcinka elabora un listado de algunas viejas etiquetas dando una alternativa. Tal como te prometo en el video, aquí tienes la lista para dejar de etiquetar a los niños.
Exigente > Sus estándares son altos
Imprevisible > Flexible, resuelve los problemas de forma creativa
Vociferante > Entusiasta y vigoroso
Discutidor > Tenaz, muy comprometido con sus propios objetivos
Testarudo > Firme y enérgico, buena disposición para persistir en la lucha contra las dificultades
Entrometido > Curioso
Salvaje > Lleno de energía
Exagerado > De buen corazón
Inflexible > Tradicional
Manipulador > Carismático
Impaciente > Muestra gran interés
Ansioso > Prudente
Explosivo > Teatral
Maniático > Selectivo
Quejica > Analítico
Distraído > Perspicaz
Ejercicios para decir adiós a las etiquetas
En el video te propongo dos ejercicios:
- Escribe las etiquetas que más repites a tus hijos o alumnos. Busca una palabra más ajustada para definirlos y foméntala.
- Escribe las etiquetas que te pusieron de pequeño. Piensa de qué forma te han condicionado y decide si es hora de dejarlas ir.
¡¡Gracias, familia!!
Bea…muchas gracias por todos tus artículos…te sigo ya desde bastante tiempo y me gusta mucho …yo intento de no ponerle etiquetas de educarlo bonito…pero y cuando los abuelos o su entorno pone etiquetas?y hasta si explicas que no está bien decirle eso y de forma bonita no te hacen caso?y cuando te responden…entonces como yo eduqué a los míos no está bien?le tienes que sacar punta a todo?yo aveces no se que hacer y me estreso por culpa de otras personas que no entienden que tu lo que quieres es tener un hijo feliz y un adulto sano ….
En lugar de corregir, es mucho menos violento volver a repetir las frases que ellos dicen sin usar etiquetas. Por ejemplo: Este niño es un despistado. En lugar de enfrentarte con ellos diciendo: Mi hijo no es un trasto y no le digas eso… optamos por decir: Es verdad, es un niño muy curioso, todo le llama la atención. De esta manera y sin enfrentamientos, le mostramos a los demás otra forma de usar las palabras y de observar al niño sin juicios. Abrazos y ánimo
Muchas gracias por este post. Es algo que siempre procuro tener en cuenta porqué se los problemas que producen las etiquetas, la cuestión es que, sin mala fe, en la guardería las maestras continúan etiquetando a los niños. Cuando la cuidadadora me dice que, por ejemplo, mi hjo es muy “bruto” siempre intento que capte la indirecta diciendo: “sí, sí, tienes razón tiene muchísima energía”. Creo que es un trabajo de todos, padres y educadores por igual.
¡Es genial! Has hecho lo que se debe hacer: en lugar de corregir a la maestra, volvemos a repetir la frase eligiendo una calificación positiva en lugar de una etiqueta.